Zona Angular

   Llévate la farsa del vivir sin vida, las heridas autoinfringidas ya no duelen como antes.

   Llévate el infierno de la Tierra y a esos demonios que habitan bajo la piel, sus torturas ya no hacen reír al verdugo.

   Llévate esa rutina de látigo, las espaldas ya no sangran, la sangre derramada formó un rio y fue a morir al mar. Allí fue lavada y… libre.

   Llévate a la culpa, esa señora traicionera, pues tras sus faldas de buena persona ya no se cobija el niño indefenso e inseguro.

  Llévate a los ojos dormidos en apariencia ya que su despertar tuvo lugar hace tiempo y la voluntad del cobarde los torció para que mirasen hacia otro lado. Ese lado está agonizando y tiene los días contados.

   Llévate el “falso poder”, el que es ejercido para colocar al creído sumiso en la sombra. El sumiso aprendió a crear en la oscuridad y la creación lo vistió de colores, el falso poder vistió a su dueño de gris.

   Llévate los odios malsanos pues el Alma ya ha aprendido a hablar y canta canciones de Amor a su CUERPO y a su HUMANO.

   ¿Cómo escribir sin oscuridad? Ella sirvió bien a la creación y a la creatividad, a la evolución, a la expansión,…

   Ya ha amanecido, la noche ha sido larga y amarga, también ha sido madre y maestra. La luz del nuevo día ha encandilado a los ojos, tanto a los que ya ven, a los que miran a otro lado y a los que mantenían cerrados su mirar.

   Las actuaciones propias de la oscuridad serán estériles, fracasarán rápidamente, pues las caretas cayeron con los rayos del Sol del hermoso crepúsculo, y la luz empieza a bañar la realidad con rocío de Verdad.

   Llévate mi resistencia a mirar de frente la luz de la mañana, quisiera crear a plena  luz del día, pues aún necesito de la oscuridad para dar pinceladas de color a mi verdugo. Aunque los rayos de Sol ya me han dicho que la transición podría ser dura, activar  la “Zona Angular” traerá consigo reajustes “incómodos”, salir de la zona de confort siempre requiere de mucha valentía. ¿Sabré estar a la altura?...

   Llévate mi miedo, el antiguo y el presente, activo conscientemente la Zona Angular, para descubrir con ojos de niño este mundo sin mentiras por primera vez en esta vida…

   Llévate el reclamo ambicioso de lo conocido, ya no lo quiero por confortable que parezca la cárcel que me ofrece.

   La Zona Angular es sencilla, es como el Amor, no duele. El dolor aparece cuando existe resistencia a… todo lo que te ata, a algo o a alguien. Puede ser una idea, una persona, un trabajo, una imagen, un poder, o a la ausencia de todo o parte de ello.

   La Zona Angular lo pone fácil, pues se caen todos los soportes en los que apoyarse o a los que atarte. Estás solo y los demás están solos, descubiertos, pues los rayos del amanecer dejan ver…pero no sólo hace esto, se lleva sin tu permiso todas las cadenas, ya no hay escusas, pues el dolor infringido sobre ti o el autoinfringido, ya no tiene como resultado el esperado. La Zona Angular corta de cuajo el sentido al dolor o a la mentira, no habrá satisfacción en ello.

   Quisiera despedirme de la noche pues en verdad estoy agradecida, por todo lo acontecido en ella y por todo su aprendizaje. Aunque entiendo que ya no es sólo algo mío. La noche murió para todos y el amanecer está aquí y ahora. Puede abrumar los rayos de Sol de la mañana temprana que con su energía de niña inquieta desorganiza los hogares esmeradamente ordenados pero la Humanidad se va…emprende viaje vital hacia otra realidad en la que el día alumbra cualquier rincón y todo es visto.

   Me podré ver, te podré ver, nos podremos ver, mientras tanto, pues quedan unas “horas”, la Zona Angular se llevará todos los trastos viejos…