lunes, 3 de noviembre de 2014

Alas para El Humano




…Arrancó de cuajo el vestido, quedó desnuda ante el espejo, aquello era real no era una paranoia suya, esas alas estaban ahí delante de sus narices…
   Quizás fue demasiado, quizás el destino jugaba sus cartas malintencionadamente. Había pasado todo un verano esculpiendo su frustración mientras el desorden de su cabeza se prolongaba a su cotidiana vida. Ese verano…, en el que las montañas caían como caen las hojas secas del otoño y las ciudades habitadas del mundo dejaban su negro respirar para arrastrarse por las ardientes arenas del desierto. Ese verano la” Muerte” llegó tras la larga y angustiosa agonía, pero el anhelado cambio abordó para mostrar la realidad cruda y fría de la mortalidad.

   Una mortalidad inmortal…

   Volvió a esa imagen inquietante pero hermosa, esta vez acarició esas alas con sus manos, la suavidad y la calidez le hicieron llorar. Toda su vida había pensado que era alguien insignificante, “algo” que puede ser pisoteado al antojo de un mal día, una diversión o cualquier otra atrocidad existente pero aquello tan…extraordinario,  salía de sus espaldas, de su cuerpo. Un hilo de pensamiento, una unión entre corazones de un mismo ser, algo incomprensible pero así  lo sentía. Los milagros a veces existen y aquello no se alejaba en absoluto, su imagen era lo más parecido a la idea que ella podía tener de un ángel,  y en esa amplitud, en esa revelación halló la respuesta, todas las respuestas, realmente era un ángel.

   Sonrió por primera vez en mucho tiempo, porque la apertura que en su consciencia tuvo lugar abría las puertas del paraíso, un paraíso en la Tierra… Bajó su mirar, y regresó su cabeza al mundo, y en él abrazó el reconocimiento y el guiño.

   El frio y doloroso impacto de sus rodillas contra el suelo no fueron suficientes para disuadir aquella sensación, volvió a llorar, esta vez el ser humano que aquel ser habitaba se rompió de la emoción. Las manos recogidas en el pecho, y la voz temblorosa del que despierta, articuló un sentir de lo más hondo de un corazón, “Lo siento, siento no haberlo hecho mejor”…    

   Claridad que duele y claridad que libera, los rostros de las piedras que soportaba desde años fueron presentándose ante sus ojos con nombres y apellidos, y allí mismo en ese instante y ese lugar fueron perdonados y pedidos perdón a un tiempo. Pero había un perdón difícil de aceptar, el propio… Existe una capacidad inherente al ser humano que no tiene fecha, ni tiene itinerario, surge cuando uno está preparado, no surge ni antes ni después, es el recuerdo. Recordar quienes somos en realidad. El espíritu baila en un mar de risas cuando eso ocurre, en esta ocasión bailó como nunca.

   <<Existió al principio de los tiempos en el que el fin no era pensado, el “Dios-Universo” que era Todo, y en su infinito Amor halló el deleite de la expansión, era aquella su obra cuyo nombre después de muchos eones denominaron Vida. En esa vida Dios-Universo encontró forma de estar y existir en cada una de las diminutas partes que conformaban el Todo, y cada una de esas partes eran Él mismo y eran él parte. Decidió como regla de existencia y evolución poner más luz en las partes que sucesivamente eran creadas en expansión. De esta forma esas partes-seres debían expandir por y para si mismas la creación y la luz, y además para todas las partes-seres de las que provenían, como piezas de un puzle que formaban un mismo ser. Existían unas partes-seres que eran llamados ángeles, éstos eran portadores de una inmensa Luz y un inmenso Amor, de tal manera que para continuar con la expansión y evolución, accedieron bajar a los “infiernos” y vivir numerosas vidas mortales, lidiando con la cruda dualidad propia de un mundo plenamente material, contando sólo con el libre albedrío y a su pesar, con el olvido. Era preciso para la evolución que esos seres sumidos en la postergación de la oscuridad, recordaran quienes eran y de dónde procedían, siendo ese recordar la puerta para que la luz pudiera expandirse y esparcir así sus semillas, como futura madre…>>  

   El espejo ahora parecía hablar amablemente, secó sus lágrimas, verdaderamente lo que sentía en aquel momento era no haberlo hecho mejor, pero entendió que todo ocurría por una razón incluido los errores, incluido los mal llamados “pecados”, todos ellos triquiñuelas para incitar al recuerdo, no importaba lo que llevara llegar a ello, formaba parte de su trabajo en la Tierra. Su vida tuvo sentido, la Vida tuvo sentido,  para qué vino a este mundo…para expandir  la creación y expandir la luz. Abrió la puerta y salió corriendo a la calle, el sol acarició su rostro y le dio un beso de complicidad, quiso mezclarse entre las gentes, aquella hora era propicia. El roce con sus hermanos le causó una gran sensación de plenitud, no estaba sola, abrió los ojos bien para ver, era la primera vez que miraba la realidad tal cual era. Una imagen mágica y espléndida, todas aquellas personas sumidas en sus “tristes” vidas, envueltas en sus preocupaciones, grandes sin saberlo… todas y cada una de ellas héroes. Se paró para contemplar bien todo ese espectáculo, personas andando cada una a su ritmo cada una con su par de alas, ángeles en las calles, ángeles habitantes de este mundo luchando por recordar...



 

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