domingo, 27 de mayo de 2012

La Hipocresía y Otras Estupideces del Género Humano

   Y encontré el mar durmiendo en mi cama, y con él se encontraba la brisa fresca de la mañana, los ojos se abrieron de par en par para dar cuenta del nuevo día. Imaginé que estaría recostada en los indulgentes brazos de la desidia mientras la hipocresía reinaba a sus anchas por este mundo de dioses… En cambio, el resurgir de las cenizas muertas fue innecesario, pues la sorprendente naturaleza humana había girado hacia la posición de calma cual rueda de la fortuna.
   Ahí afuera, los topicazos continúan su andadura por la pasarela, con los destellos dorados de vestiduras de personas supuestamente ilustres o cojonudas cegando capullos ennortados y mientras los ojos ajenos se cierran para no ver,  la estupidez anidan en los poros de la piel.
   Las letras gritan con heridas de fuego ¿Qué puedo hacer yo que no se haya hecho ya? Eso que siento, ¿Es la primera vez que un ser humano lo ha sentido? La respuesta aplasta a toda cucaracha creída de sí misma que patas arriba lucha hasta agotar y consumir la última gota de vida que le circula por el cuerpo. Curioso animal, pues lleva al extremo el significado de superviviente. Así pues, podría decir qué como buena “Cucaracha”, luchadora sin remedio y sin causa, pues la motivación evaporó ya los embriagadores elixires, indago un poco más en los hipotéticos buenos objetivos de mi alma, para hacerme caer una y quinientas mil veces más en la misma gilipollez que millones de humanos en este planeta.
   A veces me pregunto si en el programa de “Cámara Oculta” en el que somos protagonistas, los seguidores no se habrán aburrido ya de ver las mismas pamplinas y los mismos cansinos cinismos desde que el hombre es hombre. Y continuo agrandando más, si cabe, la burbuja de la  ironía, tantos adelantos, tanta ciencia o mal llamada ciencia pues de la observación pura y dura sacan los hipócritas lo que quieren, o más bien lo que les convienen. ¡El “Poder” al poder!, da igual el grado, el hermano favorito para sus padres, el “mejor” amigo, el jefecillo, el jefazo, el mandamás, … todos y cada uno con síndrome de “Jefitis” o de Poderío Social, todos con un “Algo Más” creído o no, todos consumiendo hipocresía y cagando hipocresía…
   Curiosamente la Verdad, aquella a la que un día alguien puso en un pedestal de cristal para que fuese contemplada no más, pues aunque la hipocresía nos hará negar con la cabeza; no es querida, pues si la Verdad implica verme fea, sucia, mala, diferente a lo que a mí me gustaría, eso no es de ninguna manera catalogable como Verdad eso es una impertinencia de mal gusto…
   Y el corazón sigue latiendo, ajeno a toda esta vorágine de sandeces, nos sigue avisando de todo, pues nuestro complejo y maravilloso sistema energético capta hasta la más nimia de las mentiras, hasta las insignificantes mentiras piadosas, todas ellas, todas…  Y de igual forma que las captamos, LAS NUESTRAS son captadas por los demás. No escapamos al radar energético incorporado en nuestro sistema; otra cosa distinta, es que inmersos en el fascinante mundo hipócrita nos convenga engañarnos a nosotros mismos, como si taparnos con un mullido edredón nos protegiese del más temible y voraz de los tornados, ¡Es Absurdo!, pero…
   ¡Señores, señoras no insultéis más mi inteligencia! ¡Yo haré lo propio con ustedes!

1 comentario:

  1. Alguien dijo: "Uno de los sentimientos más sinceros es la amistad, la cual se gana con méritos y se pierde con hipocresía".
    Espero seguir haciendo méritos para mantenerte como amiga. ;)

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