Nadie apagaría un corazón en su
sano juicio, supongo estúpidamente, el asesinato está a la orden del día. El
sudor frío le cae por las sienes, ha calculado mal, no sabe cómo ha podido
pasar, el caso es que vuelve a encontrarse en la misma situación. ¡Otra vez!
¡Por Dios! ¿No va a aprender nunca?...
Llora desconsoladamente, llora
incluso con gente, pero nadie la ve, sabe disimular o simplemente no entran en
su mundo. Mira a su alrededor todo sigue en su lugar no ha cambiado nada, todo
está como lo dejó antes de ilusionarse de nuevo, las ruedas siguen girando, el motor de la vida es inagotable. Desvía su
mirada ahora a sus manos, son fuertes pero la impotencia las hace bajar y cuelga sus brazos como
colgajos de despojo humano aburridos y desmotivados. La realidad se muestra
majestuosa, la puede ver incluso siente su hedor triunfante. Una sensación
recorre su cuerpo y lo estremece como hielo aplastando flores en verano, ¿Es
que no hay nada que pueda hacer para cambiar la situación? Su mundo ¿Es
realmente el que ella ve? ¿No hay nada en él que sea auténtico y puro? Todo lo
que había trabajado, todo el esfuerzo y la energía gastada ¿No han servido de
nada? Vuelve a llorar, esta vez algo ha cambiado, no recurre a la condena de su
ser, esta vez no, ella no se merece lo acontecido y mucho menos castigarse por
ello. Los errores son puertas hacia la evolución hacia la mejora de la Vida
misma. Eso lo tiene claro al fin…
Aún así, el miedo la paraliza,
sabe, eso no ha sido nunca el problema, pero no se siente fuerte
emocionalmente, vuelve la niña que perdió la sonrisa con el desprecio, con la
falta de respeto y con el golpe, vuelve la herida cicatrizada y abierta mil
veces. Siente la contradicción y la lucha en su interior. Se ha equivocado
incluso ha pensado mal, no es mala gente pero las energías se mezclan y las vibraciones
densas hacen el agosto en los cuerpos de los ángeles encarnados en este planeta,
hacen dudar al más limpio de los corazones. Siente tristeza por ella y por todo
ser que respira en este mundo, pues la más dura de las batallas se libra en el
interior del ser humano, es duro y un arduo trabajo. El desaliento pese a su
sabiduría se instala sin ningún permiso concedido.
Sin querer su mente la lleva al
mundo de los recuerdos en los que el amor y la sonrisa se dibujan en la cara de
un niño en brazos de su madre, desearía ser en esos momentos ese bebé. Y en la
lejanía de la realidad una voz interrumpe su frugal pensamiento de felicidad. ̶ ¡Recuerda
tu contrato, no has venido aquí de vacaciones! Vosotros los humanos sois
ángeles con una misión muy especial, habéis renunciado a la Luz Pura por el
bien del Universo. Renunciasteis a
vuestras alas y a vuestra memoria para vivir en un mundo dual, no hay planeta
en todo el Cosmos con las características del Planeta Tierra, La Dualidad. El
bien y el Mal, La Oscuridad y la Luz, se da por igual en todos los aspectos de
esta particular forma de Vida, más no caigas en el error de conferirles
connotaciones morales, los polos opuestos solo se dan con un objetivo, la
Unión. El fruto de esa unión es la energía del Amor, materia prima de todo lo
que existe. Todo lo que ocurra aquí, todas las particulares vivencias y
personajes, se quedan aquí, son simulacros de realidad a modo de herramientas
para realizar un trabajo, y ese es vuestro contrato, voluntario además, simular
realidades con el único objetivo de CREAR. Y para la creación se requiere la
unión de dos fuerzas. Es sencillo, el trabajo radica en “preñar” al mal o a la oscuridad
con la luz, para que de ello nazca una energía, La Energía Vital, El Amor. De él
se nutre todo el Universo, es la razón de ser de Dios Padre/Madre, es la razón
de ser de TODO LO QUE EXISTE. Los héroes de todo el universo se encuentran en
este pequeñito astro. Trabajadores de la Luz, faenando con la tristeza, con la
enfermedad, con el dolor, con la traición, con la soledad, con la risa y la
alegría, con la superación, con la compasión,… ¡Sois muy queridos y admirados! Vosotros
CREADORES, recibid nuestra más sincera gratitud… ̶
Las
lágrimas brotaron como manantial de sus ojos, no importó que pensara en un
principio que había perdido la razón escuchando voces de a saber quién o de a
saber dónde, el caso es que sintió en lo más profundo de su corazón una paz
inmensa y volvió a conectar con el sentido de vivir. Ella volvió a sonreír…
Gracias 11:11 ;)
Y leo esto y entonces me levanto. :-).
ResponderEliminarUn abrazo preciosa
¿Sabes por qué nuestras piernas se pueden flexionar...? El sabor de la tierra pegada a la boca amarga el paladar, mientras el rostro iluminado cuando se mira el sol, acerca nuestra alma al cielo...Bss
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