Principios del Reiki
El enfado, la ira y la rabia, son emociones que forman parte del complejo sistema de
defensa del Ser Humano, y lo son desde que el hombre es hombre. Lógicamente en
los tiempos que corren, las amenazas no son las mismas que en la prehistoria
pero es evidente que de alguna manera u otra nos sentimos amenazados, ya sea
física, mental, energética o emocionalmente por todo lo que nos rodea,
incluyendo objetos, personas o situaciones.
Como
emociones que son, tienen carácter involuntario
y requieren una reflexión cuando se producen, ese es su cometido, dar la alarma
para que actuemos ante una situación que nos acecha, o atendamos a una demanda
de nuestra consciencia para elevar nuestra evolución personal o espiritual. Cuando
no le damos el tratamiento que requieren, los estallidos constantes de ira
pueden producir episodios de violencia, y con el paso del tiempo, alimentar y dar
lugar al nacimiento de un sentimiento como
el odio o el resentimiento, los cuales son altamente dañinos y perjudiciales
para la salud. La rabia afectaría especialmente al sistema digestivo (intestinos
y estómago), y al hígado, siendo este último
órgano el encargado de filtrar esta clase de energía.
La
Ira es una forma de indignación súbita despertada
por alguna situación de las siguientes:
- La agresión física, verbal o gestual de otra
persona
- La frustración o impresión de incapacidad para
realizar una tarea
- Cambios repentinos e imprevistos del entorno
- Invasión del espacio personal
- Necesidades no satisfechas como la sed, el hambre o el sueño.
El
procedimiento a seguir para dominar esta emoción comenzaría con devolver al
cuerpo el estado de relajación. No olvidemos que es involuntaria, una vez somos
conscientes de que estamos inmersos en la emoción, parar e intentar controlarla
con diversas acciones o métodos: respirar hondo repetidas veces, pasear al aire
libre (Abrazar a un árbol o andar descalzos en tierra facilita muchísimo el
descargue de esta energía), mojar la cara con agua fría, dar un puñetazo a una
cojín o hacer ejercicio físico,…
Una
vez recuperado el estado de quietud, llegaría la reflexión, para ello debiéramos
de ser honestos y sinceros con nosotros
mismos. Culpar al otro o incluso, enmascarar la situación con una actitud
hipócrita con el propósito de simular bondad o espiritualidad, sería como
lavar un coche por fuera para venderlo mientras el motor está averiado. No es
lo mismo: “¡Esa persona, Me está atacando!”, que “¡Yo, me siento amenazado y
vulnerable ante esa persona!”. Es bastante diferente, mientras en el primer
caso, existe una amenaza real y del exterior, en el segundo, se está poniendo
de manifiesto una clara carencia y una baja autoestima, que una vez recuperada,
resultaría indiferente y sin efectividad el mismo ataque.
El
siguiente paso sería el mantener a raya lo que yo he llamado el "Ruido de Fondo”, sería esas conversaciones o
diálogos mentales interminables, los cuales llevan de un asunto a otro, con el
único objetivo de alimentar la furia. Es normal que diálogos mentales tengamos
durante gran parte del día de asuntos cotidianos, esto no es nocivo e incluso
puede ayudar a ordenar las ideas u organizar las tareas. Pero cuando estas
“charlas” son iniciadas por una situación que ha provocado enfado o ira, puede
conducir a verdaderas alteraciones de la visión de la realidad, a distraer a la
persona con basura mental y llegar a conclusiones peligrosamente irreflexivas.
La
Meditación, el Reiki y Ejercicios de Consciencia, tales como ponerse en el
lugar del otro, entender que todo es
relativo, que el Amor y la Compasión son las herramientas más eficaces para
disolver la oscuridad en la batalla de la dualidad, ayudan a silenciar al Ruido
de Fondo, lo cual a su vez, dejaría estéril la matriz de engendrar rencor, odio
y resentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario