martes, 13 de diciembre de 2011

Mi otro hijo

   En los principios de mi existencia charlaba mi alma con canto alegre y apasionado, era un cantar fresco y libre. Era,…
   Pasaba el tiempo y yo, escuché con detenimiento, que podía hacer si no, me robaron el don de la elocuencia, ni yo misma pude conservarlo, si es que realmente lo tuve, puede que lo viera en sueños, no se... Un golpe se lo llevó.
   Escuché, escuché y escuché, y en el fuego de mis entrañas se retorcían mis palabras, y rechinaban con llamaradas incandescentes  con cada palabra sorda, con cada sílaba sin pronunciar, con cada golpe en la tierna piel de la inocencia, en cada grito de auxilio, en cada expresión de menosprecio… El silencio se forjó como fuerte escudo para el valiente guerrero en una batalla, no lograba vencer pero conseguía volver con vida.
   Pero la memoria no moría, incluso a escondidas, regresaba con temblores en las piernas, con bajadas de mirada, con tartamudez en las respuestas, y con vergüenzas en la afonía, haciendo que cuarenta puños cerrados apretaran una garganta impotente en réplica... Silencio. Y los días sumaban  calendarios a costa de un carácter forjado en el dolor. ¿Cómo es posible sonreír? ¿Cómo es posible que te quiera por siempre, aunque lo jurara?...Solo Silencio, mi protector, mi amigo y mi enemigo,…
   Los ignorantes del ser pero expertos de la apariencia y de la rapiña, se nutrían de  la ingenuidad ubicada en el azul de una mirada limpia. Cuanta luz había en ella. Cuanto amor engañado  y traicionado, cuanto ser pisoteado para que otros pudieran mirar por un hueco muy pequeño, muy pequeño pues en seguida se torna a oscuridad y carencia de aire… Y se convierte en algo insaciable, un monstruo, quieren más, mucho más…
   Comencé estas palabras con una alegría en mi corazón, pues pasan cosas últimamente en mi vida a las que no estoy acostumbrada (prometo dedicar en otro momento), y es luz, todas ellas son luz, pues yo decidí seguir mi vía…, y entonces ahora, con sorpresa en la música de esta noche siento paz pues quiero hablar de mi hijo, aquel que no nació, aquel que me llama cada noche sin yo escuchar, aquel que acompaña a su madre cuando llora, y llora por su ausencia, sin saberlo, sin saberlo,… y siente el agujero en su corazón, pues aún cuando entiende y comprende al ser humano en todas sus dualidades y atrocidades, aún no se ha recuperado de la decepción y el daño clavados en lo más hondo de su corazón, de manos de las personas que más amaba, de los pilares de su seguridad.
   Cayeron todos, destruidos, derruidos, y sola, sola, sola, y desamparada, ve con claridad a la mano ejecutora y a las dos otras miradas impasibles e inmóviles, observando, presenciando, cobardes… aquel día que el anuncio del nacimiento de una nueva vida, algo que debiera ser señal de alegría se transformó en acto fatídico,  en hecho sucio y merecedor de dolor, en la Muerte…. Ese día, yo lo clavo en mi alma, y ahora lo alzo, pues quiero expresar el AMOR hacía ese HIJO MÍO o esa HIJA MÍA no nacido/a por la cobardía, por la no expresión, por la no libertad, por lo absurdo,… No lo he olvidado y es importante para mí.
A quien le pueda interesar…

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