La Luna de Cáncer

   Mirando la luna, la hipnosis me devuelve al mundo de las emociones, un mundo al que dos respiraciones de cada tres volvemos, sin permiso de la razón y sin percatarnos. Y es allí, donde nuestra alma siente y trabaja. Es bastante estremecedor observar cómo se construye los muros, zanjas y demás fosos con cocodrilos y serpientes imaginarios con el único propósito de impedirnos a nosotros mismos y a los demás entrar en esta fortaleza. ¿Miedo? o, ¿Es conveniente?

   No puedo obviar el pensar en Cáncer, la Señora, siendo su dueña  la luna,  ella la dama de la noche, la reina de la oscuridad, la Madre… La oscuridad es la Madre, es de dónde aparece todo, es la cuna de la creación, el útero del que nace el ser…

    Los rayos de plata iluminan mis ojos con la enigmática energía de lo femenino. Mi cuerpo resuena al son de la vibración del Yin. Empiezo a entender, es horrible y terriblemente feo.

   Nuestra capacidad de creación radica en dejar salir nuestra energía femenina, si la energía femenina se mostrara tal como ES, el Poder cambiaría de mano, y el “poder” al fin mostraría su cara y no la de su impostor y ladrón.

   Entiendo con tristeza, que el impostor para hacerse con el dominio construyera una muy buena campaña de marketing, tan buena que ha durado siglos y siglos, y en estos tiempos aún se actualizan y perduran, pasando desapercibidos, o eso es lo que piensan.

   Campaña de desprestigio, de poner la potencialidad bajo los sumideros de los retretes, de hacer ver que las emociones, entre otras muchas cosas son los enemigos, o los pasajeros de segunda, ¡No dejarse llevar por el corazón! Eso no es razonable, no es inteligente, es cosa de mujeres, es estúpido… Y entre bambalinas, el impostor se frota las manos y sonríe malicioso, ¡Es conveniente! Es su canción, de esta forma la potencialidad no se transforma en poder, de esta manera él controla, y se nutre de otro o, ¿Debería decir de OTRA?…