En sueños dijo la niña Mar a gritos que sólo me faltaba el sombrero. Las carcajadas brotaron de mi hocico como vómito mañanero tras una noche de tremenda borrachera al oírlo, pero la realidad supera la ficción y las almas mientras duermen también trabajan. Por lo visto, lo que a primera vista pareciera un sueño loco y arrinconado en los confines de lo absurdo, resultó tener más lucidez que la mañana tras la tormenta negra de la noche. Un sombrero siempre es digno de atención y en otro tiempo no muy lejano, era digno de señorío y caballerosidad, quizá su alma dejó mensaje para este ser que andurrea de nuevo por la borrosa línea de la confusión.
Llega a mi mente Alef. El Mago en su majestuosidad y amabilidad me dice que ya está terminada toda la preparación, todo dispuesto y calentando motores para la puesta en marcha...Y sigo pensando, el gesto de quitarse y ponerse a continuación el sombrero, es un acto de reverencia, de reconocimiento y respeto.
Me estremezco solo al pensarlo, es cierto, mucho trabajo, mucho sufrimiento, mucho fuego en el camino, muchas lágrimas y mucha ilusión sorda pues cantaba solo en mi interior y la vida exterior solo era la fantasía inalcanzable del moribundo tirado en las calles de la ciudad. Se ensuciaba con solo pronunciar la primera palabra, no era viable para mí, la benevolencia y la dicha radicaba al otro lado de mi nariz. No podía pensar siquiera en oler su aroma, ya lo intenté muchas fracasadas y dolorosas ocasiones. Pero no terminaba la cosa con mi rebullir, siempre se atrevían otros de recordarte y clavarte más profundo si cabe, tus limitaciones como puñales atravesando un corazón cansado de latir, ¿Acaso esos idiotas piensan que yo no vivo en mí? ¿Piensan esos gilipollas que elegí mi vida en silencio, pues se está más a gusto corriendo en un sofá? …
Sonrío, pues mi gesto en este instante es de quitarme el sombrero por todos los seres humanos que por justicia han necesitado y necesitarán ese guiño de respeto y reconocimiento. Y no me quito un sombrero cualquiera, éste mío, lo he inventado pues en realidad me falta y jamás me lo han regalado o dado, ni falta me hace, pues mi respeto y dignidad me la crearé yo con toda la luz de mi alma y confío que este gesto sea imitado por quien espera en el rincón de la soledad, algo parecido. Va por tí y por mí…
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