domingo, 30 de marzo de 2014

Ángel de la Tierra


   Otra vez había caído, otra vez sufría sin motivo aparente. No le iban del todo mal las cosas, pero el seguir por los senderos de su vida se le hacía cada vez más difícil. Aunque su dificultad no radicaba en la comprensión le costaba levantar el vuelo, la motivación se le agotaba en seguida, el seguir adelante se convertía en lucha diaria con el consiguiente consumo de energía y cansancio. Ese día estaba especialmente triste, todo a su alrededor pareciera haber adquirido un gris perenne pero se acercaba una sorpresa que cambiaría su vida en manos del cartero.

   La carta no tenía remitente, comprobó la dirección y todo estaba correcto. La intriga y la curiosidad le hizo abrir aquel misterioso sobre. Decía lo siguiente:

 
    << Querido Ángel de la Tierra:

    Menester es que el sol salga mañana, las nubes seguirán pasando veloces en la inmensidad del cielo, más no pienses que el sol entristece al no ser visto. Encierra en tu corazón las pasadas noches y cuando vuelva la luz expón lo guardado. Las flores negras son flores, y como tales regalan al mundo belleza, el negro es una cara, una faceta, no más.

   Superfluo revierte el mar de tus adentros, no es necesario deshacerse del agua, ni vaciar los recipientes, grandes o pequeños. Deja que el fuego salga y en el transcurrir hacia la salida, evaporará el agua necesaria, el equilibrio será alcanzado.

   Yace en ti lo imprescindible, lo tienes todo, refuerza tu fe lanzando los dardos de veneno con las letras, el verbo sana dificultades y errores hechos heridas dolientes, al escribirlas la medicina será satisfecha. Él te espera también, también sufre, el árbol sagrado alberga el alma de los dos, y en sus ramas el amor reverdece vuestras tristezas. La pena tarda en diluirse pero siempre lo hace, nada dura eternamente.

   Sabes quién eres, sabes de dónde vienes, allí en tu casa te esperan, pero tú no quieres volver hasta completar tu misión. Aún cuando el dolor te haga caer y desgarrar tus entrañas, es tu ser quien elige quedarse. Sé honesto contigo mismo y ante todo ejerce la compasión, los ojos así podrán ver. Los caminos ya están trazados sólo hace falta el caminante que quiera andar por ellos.

   Existe el mal y existe el bien, más no pienses que las gentes nacen marcadas, son los lados hacia donde ondula el péndulo, unas veces hacia un lado y otras hacia el otro. Pero el péndulo puede trazar elipses o círculos, e incluso oscilar cerca del centro todo el tiempo, eso sí, el movimiento no es discutible, la quietud absoluta no ha lugar en el Universo.

   Mañana a las doce el joven César beberá el vino y habrá completado su iniciación, bajará las escaleras y mirará a su gente, ellos esperarán en silencio. El joven rey leerá un pergamino en el que dictará sentencia: “Dios no vendrá muy tarde, ya está aquí, se hace llamar Verso”, y dirá a tu oído que la luz al fin llega a tu vida, la verás ya desde hoy, y ya no tendrás dudas, sabrás la encomienda que Dios te ha dado, será un día dichoso, pues la oscuridad habrá terminado para ti. Cuando eso ocurra no te asustes pues no estarás desprovisto de ayuda y te sorprenderás de las pericias adquiridas por tu persona en tu largo pesar. Mañana, a partir de las doce llegará tu regalo, un obsequio que marcará el inicio de tu vida pública como lo que eres, el despertar de las almas abrirá al fin el camino del florecimiento de la humanidad, tú harás.

   El corazón se elevará y la tierra quedará vacía de suciedad, las alas batirán con fuerza el resurgir del ángel, todos aquellos que en la tierra bajaron a ayudar a la raza en infancia. Todo ángel será liberado de la esclavitud de la carne, todo ángel será llamado, no temas, ya ha llegado el momento del júbilo…

   La esperanza no se la llevó el viento que sopla los campos de batalla, no se la llevó los insultos ni la sangre derramada, nunca había desaparecido, se guardaba bajo la tierra debajo de tu cama, escondida por la falta de fe. Nunca puede ser destruida, pues existe alguien siempre que la rescata. Cuando vinisteis a este planeta de lo que se os dieron, la llamada interna para la búsqueda de la esperanza, fue lo más imprescindible. Este mundo es arduo en verdad y en amor, las vidas se complican haciendo de ellas el infierno. Era necesario habilitar una salida, siempre hay una salida, no lo olvides sólo tienes que creer y la esperanza aparecerá debajo de tu cama.

   ¡Ángel de la Tierra!, ha llegado el momento, se ha dejado atrás los tiempos del exilio en la sombra, has de salir y mostrar tu nombre, es tiempo de alegría y de feliz encuentro pues todos os podréis mirar a los ojos y reconoceros, es tiempo de reconciliarse con vuestro origen y con vuestra sagrada naturaleza, es tiempo ya, es el tiempo…

 
                Fdo.: Rochel – Dios que ve todo >>

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