miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Comienzo agarrándolo por el pescuezo

No hay nadie amenazado contra la pared, ni ningún pollo con el pico abierto y los ojos saltones suplicando a un puño cerrado que le perdone la vida… Solo existe en este espacio y en este tiempo un ser extraño que simula ser un humano escribiendo trascendentales divagaciones a modo de estupideces, dualidad supongo… Hago alusión al pescuezo o a la garganta como buen ariete en este menester mío. Con un inmejorable símbolo para este derrotero que por añadidura no tengo idea de a dónde conducirá a mi malograble ilusión y motivación.
El quinto Chakra o Chakra de la Garganta o Vishuddha,  un color turquesa brillante me mira al alma y me acaricia el miedo. Lo he elegido de génesis, de comienzo, pues mi dificultad y mi propósito espiritual radica en EXPRESAR. Comienzo así un camino de sanación y de elevación, espero, con lo que soy y con mi sombra, pues ella ha de ser fecundada y amada para de esta forma dar su fruto.
Te elijo a ti Vishuddha como estandarte de la libertad humana, y como amuleto para que la comunicación emerja de la dual realidad y se transforme en caminos hacia la ascensión.
Digo esto pues el ser humano no es sincero, es mentiroso y trolero, con los demás y peor, consigo mismo. Nos decimos orgullosos y a veces rojos de furia que nos gusta la sinceridad y que la “gente”, como si la gente esa fuera de otra calaña diferente a la nuestra,  que es embustera y después tan anchos como sacos de patatas, proclamamos a los cuatro vientos o más bien, a los cuarenta vientos, que la “Verdad Duele”,  ¡Anda! Pero si esto es una contradicción, no será… que realmente lo que queremos es que esa “gente” nos digan lo que a nosotros nos gustaría oir… Mmmm. Solo puedo decir para terminar, que todos en mayor o menor grado andamos tocados del ala, es decir, todos estamos un poco/muy heridos, así que veo una bonita forma de sanar esas heridas mirándolas, para ello creo que debiéramos trasladar nuestra imaginación a un cuento de hadas y colocarnos en los zapatos de la madrastra de Blancanieves y agenciarnos un buen espejo. No es necesario que sea muy grande, de momento con que viéramos nuestros ojos sería suficiente, ¿Alguien me acompaña?...
 Sinuhé y Akatanmanel

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