Yo soy esa música, esa que brota del violín triste y apasionado, esa que
cuando recuerda el pasado ausente llora sin lágrimas, demasiado fuego quizás
para aguas que no se agotan nunca. Adormecen mi manos con la melodía, el
quehacer se divierte en la nada y el respirar lo acompaña al ritmo del corazón.
La luz ha sucumbido al descanso mientras mis ojos no cierran, siguen mirando y
el descanso, quizás es merecido pero momentáneo.
Cerca del Sol los hermanos del cielo no ven la oscuridad y lejos de él
el camino se vislumbra recto hacia el resplandor lejano. Y en el medio mismo,
ya lo antiguos imaginaban que la Tierra era el centro de todo -las risas se
suscitan hoy al oír semejante majadería-, este mundo majestuoso en su cuarto
día de los “Siete Días de la Creación”, justo en el centro del proceso formando
un pico a modo de mínimo de una curva, en su cuarta revolución o dimensión a
punto de iniciar la quinta en el que la Ascensión comenzaría. Se dejaría atrás
el descenso a los infiernos, se desprenderían los atributos de la materia que
tanto pesan en la evolución de un Ser de Luz disfrazado de Ser Humano.
Pero el Ser Humano sigue enfrascado en su lucha inútil de mantener sus
peculiaridades físicas, terrenales y de posesión. Pero las máscaras se caen sin
remedio, las consciencias se posicionan y el dormido sufre de pesadillas. Mientras
mi tristeza me persigue al VER impotente que la claridad se disimula con crisis
económicas y demás falacias en un intento de no perder el poder de la materia y
la hipocresía sigue siendo la mejor arma para la defensa del que en realidad
nada posee. Mis lágrimas ahora son un intento sordo de zarandear al dormido y
al mentiroso. Si pudiera hacer algo para hacer que la calma y la alegría
inundara los corazones o para que los gritos de las almas de los somnolientos
se escucharan, lo haría o lo hago, no sé...
El violín sigue su compungido compás y con él mi alma que tiene prisa
por su elevación, y desearía que los hermanos del Sol caminaran juntos
agarrados de la mano, que la resistencia a la sinceridad y al cambio se deslizara
como agua sobre un cuerpo desnudo y que dejáramos el desarrollo natural de esta
raza nuestra fluir. Estamos en un momento de la historia de la Humanidad muy
bonita y única. Al fin nos vemos unos a otros, con todas nuestras miserias y
con todas nuestras grandezas, ya nadie engaña a nadie, es absurdo e inútil, nos
vemos ¿Por qué ponemos tanta oposición? El miedo solo nos causa más dolor y el
dolor retrasa lo inevitable que es Ascender pues así lo pactamos y así hemos
trabajado tantas vidas para ello. Nos espera el triunfo sobre la carne, el
equilibrio entre la dualidad cuyos amantes opuestos buscan desesperadamente
desde el principio de los tiempos unirse en el más cálido de los amores, tanto
tiempo separados y tanto tiempo deseándose.
Vosotros los que aún no escucháis la “música”, ya no sois los de antes,
vuestras pieles de cordero han caído y vuestros dientes de lobo relucen aún
cuando sonreís de un modo aparentemente inocente, no insistáis más, ya no es
rentable vuestra empresa. Hay un sitio para todos en este vagón, y cuando se
compra el billete no se pregunta, pues todos hemos pasado por las turbulencias
de la oscuridad y la luz, la mano se tiende generosa y amorosa, la fuente de la
que bebimos al nacer nunca se agota y está disponible para quién desee volver…
11:11 ;)
Las máscaras se han caido una tras otra y quedan algunas que se están cayendo pero ya sin dolor, con amor, con dulzura y por primera vez con humildad. Las lágrimas brotan porque son las gotas de rocio que salen del corazón para manifestar que ya los corazones están abiertos después de soltar los candados que nos pusimos voluntariamente. Ahora brota el amor Universal. Mi viejo cuerpo está cansado pero mi nuevo renacer paso a paso alivia y borra cada una de las antiguas heridas, todos estamos andando juntos, todos vamos caminando ya hemos integrado que sólo SOMOS UNO. Somos humanos Lotus.
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