Es el momento del avance, las huestes ya se
posicionaron, las estrategias ya fueron trazadas, ahora es el momento de la
acción.
La
manifestación de lo que fue gestado comienza a vislumbrarse. Los comienzos son
difíciles a veces, pues los resultados no pueden verse pero el espíritu
guerrero es el que acciona cualquier propósito emprendedor. Ese espíritu no
tiene miedo y si lo tiene, es transmutado a vigor.
Las
murallas ya cayeron, y es el momento del cuerpo a cuerpo.
El
florecimiento de la Humanidad, de su evolución, no se dará hasta que cada uno
de sus componentes entienda que el milagro ya tuvo lugar en su Ser y que la
acción será la prueba inequívoca de ello.
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