No fuerces lo inevitable pues se dará y no sufras
antes de tiempo, pues como se dará, resultará ser una bendición.
Los
nombres advierten y no cambian mucho a lo largo del tiempo ni las generaciones.
Las palabras son hechos al pronunciarlas y las responsabilidades han de ser
conscientes para que las consecuencias cambien.
Los honores y los
errores son las manifestaciones de pronunciar un nombre con consciencia o sin
ella.
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